Descubre la Nueva Figuración con la pincelada de Maseda

retrato de Francis Bacon

¿Qué es la Nueva Figuración en el arte contemporáneo?

Maseda es uno de los artistas emergentes más interesantes del panorama contemporáneo de la Nueva Figuración. Pero, ¿conocen exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de Nueva Figuración? Lo primero que hemos de saber es que la terminología puede variar según la publicación que hayamos escogido. Nueva Figuración, neofiguración o pintura neofigurativa son las más comunes.

Orígenes de la nueva figuración: Contexto histórico y artístico

Para entender cómo nace este nuevo movimiento hemos de situarnos en un contexto muy concreto de la Europa de los años 50 y 60, tiempos duros de posguerra. En otra entrada hablábamos de uno de los lenguajes más conocidos y reconocidos de este periodo que fue el pop art. Nacido en Reino Unido, pero que pronto alcanzó su auténtica personalidad en EE. UU.. Maseda conserva ecos de este movimiento en sus obras, aunque sin duda bebe mucho más de la corriente neofigurativa.

En común, sin embargo, pop art y nueva figuración tienen un rasgo que las une y es el rechazo hacia el arte abstracto de los años 40 y 50. El arte pop en América se enfrentaba directamente al expresionismo abstracto, lenguaje surgido tras la Segunda Guerra Mundial. En Europa la tradición abstracta venía de lejos. Autores como Mondrian, Kandinsky, Malevich o El Lisitski, por citar algunos de los clásicos, habían empezado sus primeros escarceos entre 1910 y 1914.

La abstracción había nacido como la consecuencia lógica de premisas históricas, pero también estéticas, que surgen en esos primeros años del siglo XX. Durante décadas la abstracción señorea en Europa.

Impacto de la Segunda Guerra Mundial en la Nueva Figuración

Todo cambió con el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Europa abre los ojos al horror de los campos de concentración. El genocidio nazi queda al descubierto. Los millones de muertos que siembran los campos son mucho más que cifras espeluznantes. Los mutilados y heridos de guerra aparecen por doquier. Las ciudades son paisajes desolados de escombros. Cuentan que Berlín tenía tantos cascotes de edificios derruidos que tuvo que hacer montañas artificiales y cubrirlas con jardines que hoy le dan un aspecto curioso a una ciudad que no debería nunca olvidar el pasado por el que transita. El clima es, por tanto, de profunda crisis existencial. ¿Y el arte? ¿Qué podían hacer los artistas ante esta masacre y esta sinrazón? Muchos de los movimientos de las llamadas vanguardias históricas habían tocado a su fin. Ahora, lenguajes como el informalismo son mucho más útiles para describir la realidad de esos primeros años de posguerra. Durante la segunda mitad del siglo XX vamos a asistir a una recuperación de la pintura figurativa, un lenguaje mucho más apropiado para narrar los horrores de los nuevos tiempos. 

Pero que nadie se lleve a engaño. No es una vuelta al academicismo decimonónico. Los artistas no van a volver a pintar como David, Ingres, Gericault o Delacroix. Movimientos como el impresionismo o el simbolismo fueron una ruptura con ese modo tradicional de abordar la pintura. Y la llegada de la abstracción, ese último paso para romper con un modo caduco de abordar la representación icónica.

Características principales de la Nueva Figuración

La corriente expresionista y, más tarde, el informalismo dan a esta nueva figuración unos recursos que hasta ahora no tenía. El resurgir de la figuración es en realidad una simbiosis entre la figuración y todos los istmos de este maravilloso y convulso siglo de las vanguardias. Los nuevos lenguajes se van enriqueciendo con todas las aportaciones de las corrientes precedentes, especialmente de la abstracción.

pintura homeless

El informalismo y su influencia

Seguramente el primer movimiento que nació después de la contienda bélica fue el informalismo, que hunde sus raíces en las vanguardias históricas del cubismo, el dadaísmo, el surrealismo y el expresionismo. Es un arte gestual, igual que el que práctica Maseda y que se ha convertido en su sello más significativo. Una vez leí que el informalismo en un grito entre las tinieblas de la posguerra. Maseda también grita, y lo hace tan fuerte que a veces puedes escuchar las voces de sus personajes que jamás dejan indiferente. El informalismo empleaba los chorretones, los empastes e incluso la rotura de la superficie pictórica. También incorporaba materiales exógenos como la arena, arpillera, papel o tela. Jean Fautrier, uno de los principales representantes del informalismo, reflejó los sentimientos de horror que a toda Europa encogía el corazón con sus fuertes y gruesos empastes.

Tampoco hay que olvidar en este capítulo la aportación del grupo Cobra formado por artistas de Copenhague, Bruselas y Ámsterdam. Las letras de inicio de estas capitales sirvieron para formar la palabra Cobra. El movimiento se forjó en París y nunca ocultaron su herencia surrealista. Uno de sus máximos representantes fue Jean Dubuffet, iniciador a su vez del Art Brut. Y es que el grupo Cobra y la neofiguración van de la mano.

Artistas y grupos clave en el desarrollo de la nueva figuración

Uno de los países donde el informalismo cuajó fue precisamente España, un país que no había participado directamente en la Segunda Guerra Mundial. La particularidad de nuestro país es que otro episodio le había sacudido hasta las entrañas. La Guerra Civil, como cualquier enfrentamiento entre hermanos, fue devastadora. Barcelona y también Madrid se convierten en los focos principales de este lenguaje. Antonio Saura, Millares, Canogar o Tàpies forjaron una personalidad propia dentro del movimiento. En ocasiones Maseda me recuerda a Saura, por esa pincelada gestual aderezada con chorretones. Ambos comparten un desgarro y un tono dramático que eriza al espectador. Y tienen otro aspecto común. El informalismo madrileño del grupo El Paso gustaba del color negro que actuaba como un grito de rebeldía. Maseda y su binomio negro-fucsia tienen mucho de indómito.

Las técnicas del informalismo pronto entraron en contacto con la nueva figuración y su deseo de recuperar la famosa representación de la realidad. La nueva figuración toma como punto de partida la Exposición de 1961 bautizada como “Nueva Exposición”. Los pioneros en poner en práctica esta neofiguración los encontramos en países como España pero también Argentina, México o Venezuela. Sin embargo, fueron los artistas de la Escuela de Londres los más conocidos.

Francis Bacon: Figura emblemática

retrato de Francis Bacon - nueva figuración

Uno de los artistas que mejor supo encajar todos estos movimientos fue Francis Bacon (Dublín,1909-Madrid, 1992), cuya obra se caracteriza por las formas orgánicas deformadas y monstruosas. El artista inglés de origen irlandés es el máximo exponente de la nueva figuración y los artistas ingleses del pop art fueron, en gran parte, deudores de su trabajo. ¿Cómo no sobrecogerse ante su obra ‘Estudio sobre el retrato del Papa Inocencio X de Velázquez’? Bacon reinterpreta el cuadro que en 1650 y durante una de sus estancias en Italia realizó Velázquez para el famoso pontífice. El rostro altivo y de mirada directa del genio sevillano se transforma en un grito que surge de un rostro desencajado del irlandés.

El motivo central de la obra de Bacon fue siempre la figura humana. Francis Bacon retrató como nadie la soledad, el horror y la angustia contemporáneos en figuras aisladas y deformes. Violencia, terror, aislamiento o angustia son el hilo invisible que une la obra de Bacon con la propuesta artística del pintor castellonense. A Maseda también le atraen los personajes desgarrados que sufren y que se convierten igualmente en el centro neurálgico de su obra. Esos seres dolientes que asoman en los cuadros de Maseda son atemporales. No es necesario un clima de posguerra para encontrar personajes que sufren angustia y desesperación. Ahora, igual que antes, están por todas partes. Solo es necesario parar atención y buscarlos. A veces están incluso dentro de nosotros mismos. 

Hay una frase muy repetida del artista irlandés que podría suscribir Maseda y que dice:

“Quisiera que mis pinturas se vieran como si un ser humano hubiera pasado por ellas, como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y un trazo de eventos pasados, como el caracol que deja su baba”. 

Aún encuentro otro paralelismo entre la obra de Bacon y la de Maseda. La pintura para el primero siempre fue un acto de furia, mostrando lo más animal y lo más bajo del ser humano. La furia, la terribilità como los humanistas calificaron la obra de Miguel Ángel, también está en Maseda. Una furia incontrolable que muchas veces desborda el marco.

Temas y motivos recurrentes en la nueva figuración

Otro de los artistas más destacados de la Escuela de Londres es Lucian Freud (1922-2011), cuya faceta como retratista destaca sobremanera. Su manera de abordar la pintura se aleja, sin embargo, de la factura mucho más gestual de Maseda.

Karel Appel, Jorn (Asger Oluf Jorgensen), Adami, Arroyo, Erró, Klasen, Monory, Stampfli o Télémaque son otros nombres propios de este movimiento. En el caso español hubo un grupo con foco en Madrid que tuvo su eclosión en la década de los 70 y principios de los 80. Carlos Alcolea, Carlos Franco, Rafael Pérez-Mínguez, Guillermo Pérez Villalta y Chema Cobo fueron algunos de sus integrantes, a los que se sumaron Jaime Aledo, Sigfrido Martín Begué y Carlos Forn Bada en la llamada segunda generación. 

Todos los artistas de la nueva figuración, casi sin excepción, tienen como base la libertad expresiva. Por eso la figura resultante tiene ese plus de autenticidad. Maseda lo sabe.

Patricia Mir Soria

Comisaria independiente, crítica de arte y profesora en la Universitat Jaume I de Castelló. Compagina la docencia e investigación en el campo de las artes con el periodismo cultural a través de colaboraciones con medios como la SER o el periódico El Mundo.

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