En «Demons» nos confronta con una representación visceral de 73×92 cm, donde la técnica de acrílico sobre lienzo se convierte en el vehículo para explorar la mente humana. La obra, impregnada de sinceridad cruda, captura la esencia de un Joker que simboliza los periodos de aislamiento y autodescubrimiento que el artista experimentó en sus primeros meses en Andorra.
El retrato, en tonos de grises y negros, enfatiza las sombras y la profundidad del personaje, mientras que el derrame de rosa flúor que se desprende de la cabeza habla de la liberación de los demonios internos. El acto de pintar se convierte en un exorcismo personal, donde Maseda canaliza y libera sus propias peculiaridades y la «locura» que lo acompaña en la soledad.
La palabra «DEMONS» escrita en un rojo intenso, no solo titula la obra, sino que también subraya la tensión emocional del sujeto, resonando con la dualidad de un personaje que se encuentra en la cúspide de la psicosis. La imagen de un hombre al borde del colapso mental, que Maseda siente que refleja su propio estado durante su retiro solitario, se convierte en una poderosa declaración sobre la fragilidad y la fortaleza del espíritu humano.
Esta pieza no solo muestra a Maseda lidiando con sus propios desafíos psicológicos, sino que también ofrece un espejo a los espectadores, invitándolos a reconocer y enfrentar sus propios conflictos internos. «Demons» es un recordatorio de que la creatividad puede surgir de los lugares más oscuros, y que el arte es a menudo un medio para comprender y superar nuestras luchas más profundas.