La obra «Arthur» representa la complejidad del personaje de Joker interpretado por Joaquin Phoenix.
La expresión capturada es una de angustia contenida y resignación pesada, reflejando la mente fracturada del personaje. El juego de luces y sombras en su rostro enfatiza los contornos angulares y la mirada penetrante, que a la vez es desafiante y vacía, como si invitara al espectador a sumergirse en su mundo caótico interior.
Los salpicados de pintura rosa alrededor sugieren una perturbación sutil, insinuando gotas de sangre, subrayando un estado de disrupción y conflicto. Estas manchas, lejos de ser un detalle decorativo, se convierten en un elemento narrativo que resuena con la turbulencia emocional que define a Arthur, amplificando la resonancia de su presencia perturbada y su lucha interna.